¿Que tiene que ver la Vitamina D con el funcionamiento del cerebro?

En España, más de un 80% de las personas mayores de 65 años tienen concentraciones de vitamina D por debajo de las recomendadas.

Además, este patrón parece repetirse a nivel mundial.

Así que, para evitar formar parte de estas estadísticas, sigue aquí con nosotros que te contaremos como obtener esta vitamina.

Hasta hace pocos años, la función más conocida de la vitamina D era su acción reguladora sobre el metabolismo óseo, siendo la principal responsable de la regulación de calcio en el organismo.

Seguro que ya lo has oído, pero hoy queremos contarte un poco más sobre la importancia de esta vitamina en otros procesos del organismo, así como darte recomendaciones para mantenerla en un nivel adecuado.

Así que vamos a ello,

En los últimos años, se ha puesto de manifiesto la importancia de la vitamina D en el movimiento muscular, en el impulso nervioso, como neuroprotector y también en el sistema inmunitario.

Lo que quiere decir que, mantener un correcto nivel de esta vitamina, te ayudará a la hora de combatir ciertos virus y bacterias, pero también te ayudará a mantener la calidad de los procesos cognitivos.

Por otro lado, la deficiencia de esta vitamina se asocia con la osteomalacia en los adultos, que indica el fracaso o el retraso de la calcificación de los huesos maduros, y que afecta en mayor medida a las mujeres.

Entonces, ¿Qué podemos hacer y dónde podemos encontrar esta preciada vitamina?

Solo hay dos fuentes de las que podemos obtener la vitamina D. Una de ellas es la alimentación y la otra es la generada a través de la luz solar.

Cuando no hay una suficiente exposición al sol, como frecuentemente ocurre en adultos mayores, se produce una situación de estatus inadecuado de vitamina D

En general, la disminución de vitamina D, se debe a varios factores como son:

• Tono de piel;
• Filtros solares que bloquean la exposición a la luz;
• Vestimenta;
• Factores geográficos;
• Contaminación atmosférica;
• Disminución de la ingestión de vitamina D;
• Así como mala absorción por enfermedad celiaca, insuficiencia pancreática o disminución de la síntesis o aumento de la degradación de vitamina D, por enfermedades del hígado, o fármacos como los anticonvulsionantes;
• Además de la falta de exposición de luz solar por esta situación especial que estamos viviendo, en la cual pasamos más tiempo encerrados en casa.

Y si no puedo tomar el sol, ¿cómo asegurar unos niveles correctos de esta vitamina tan importante?

En este aspecto podemos ayudarnos mediante el aporte nutricional.

Es ciertos que son pocos los alimentos que contienen esta vitamina, pero entre ellos se destaca el pescado azul, cómo el salmón, el atún, la caballa y las sardinas.

Sin embargo, cabe destacar que hay variaciones entre sus diversas especies, diferentes tejidos o incluso dependiendo de la época del año.

Otros alimentos que contienen vitamina D aunque en menor proporción y que también están riquísimos, son los champiñones y la yema de los huevos.

Por otro lado, en ciertas ocasiones, y para grupos de población que se encuentran en riesgo de padecer déficit de esta vitamina, es interesante el consumo de alimentos fortificados con vitamina D como estrategia preventiva nutricional, como puede ser el consumo de leches enriquecidas.

Aunque en estos casos siempre se recomienda que sea el médico o el nutricionista quien haga un diagnóstico y determine la necesidad.

Por ahora, esperamos que disfrutes de unas buenas sardinas a la plancha después de esta lectura.

Nos encantará leerte y que entre todas compartamos trucos de preparación de estos pescados ricos en vitamina D.

Un abrazo